Todos pidieron que se vaya Burga. El argumento fue el constante fracaso y la prolongación en el cargo del "incapaz". Pero, hay que ser coherentes con la idea. Si queremos renovación en todos los estamentos, porque creemos que el aferrarse en un sillón es cuestionable, debemos exigir que todos los personajes que traten de perpetuarse deban ser extirpados.

Un personaje que encaja en lo descrito es Francesco Mannasero, quien es el presidente de la agremiación de futbolistas del Perú y que por muchos años está enquistado en el cargo.

No rinde cuentas a nadie o no se conoce. Solo aparece cuando hay temas económicos en discusión, asunto que le encanta porque se manejan porcentajes en beneficio de la agremiación o quien sabe de su bolsillo.

Lo cierto es que DEBE irse, por transparencia y por ser coherente con el cambio que todos pregonamos.